martes, 5 de febrero de 2008

Historia de Úbeda

Las primeras comunidades que habitaron Úbeda lo hicieron ya en la Prehistoria a juzgar por los restos encontrados. Entre el III y el II milenio a. C. hubo asentamientos en lo que hoy ocupa el barrio del Alcázar.

De estos pueblos, que se dedicaban básicamente a la ganadería y a la agricultura, se han encontrado múltiples restos.


La ciudad adquirió su verdadera entidad en época árabe; sin embargo, en la época tardorromana y visigoda parece que ya existía un pequeño núcleo de población dependiente de la colonia Salaria -Úbeda la Vieja.

La fundó Abderramán II (822-852), que la llamó Medinat-Ubbadat Al-Arab (Úbeda de los Árabes.) Estaba incluida dentro del área de influencia del distrito (Kura) de Jaén. Su recinto encerraba más de 35000 hectáreas.




Abderramán II fundó la ciudad,


llamándola Medinat-Ubbadat Al-Arab



(Úbeda de los árabes)



De indudable riqueza agrícola, debió predominar el minifundio hortícola y ceralista. La ciudad fue conquistada definitivamente en 1233 por el Rey De Fernando III el Santo, que dio un impulso decisivo a la Reconquista. La toma de Úbeda dio paso a la coexistencia de diferentes culturas (árabe, judía y cristiana). En la época cristiana Úbeda vio aumentar notablemente su ámbito jurisdiccional. Hay que destacar su importante valor geoestratégico, determinante en este período de su historia.

Su carácter fronterizo (Granada-Castilla), provoca que los reyes castellanos le otorguen numerosos privilegios y concesiones, como el fuero de Cuenca. Por tanto, la riqueza y el esplendor que Úbeda alcanzó en el siglo XVI vino determinada por una multiplicidad de factores, entre los que pueden señalarse sus redes de comunicación, su extensa jurisdicción territorial, situación geográfica estratégica, y la presencia de una nobleza cada vez más poderosa.

Durante los siglos XIV y XV fue predominante la inestable situación bélica y las luchas entre nobles, intentando dominar el Concejo.



Fernando III el Santo conquistó


Úbeda para la causa castellana,


dando un impulso decisivo a la Reconquista.


Los conflictos sociales dañan la economía, basada en viñedos y cereales, si bien en esta época alcanzó un notable desarrollo la ganadería, debido a la riqueza en pastos. En 1368 la ciudad fue asolada a causa de la guerra civil entre Pedro I de Castilla y Enrique II de Trastámara, lo que, en combinación con otras circunstancias, motivó el recrudecimiento de la rivalidad entre los bandos locales, lo que se resolvió cuando los Reyes Católicos tomaron parte en el asunto.

El siglo XVI será la época de máximo esplendor de toda la historia de Úbeda, que conoció un importante desarrollo económico por el incremento en la producción agrícola y la diversificación de la industria artesanal. También esta etapa fue característica por la presencia de personajes ilustres que dejarían huella en la historia de Úbeda, tales como San Juan de la Cruz.


San Juan de la Cruz

fue otro de los personajes ilustres

de la Úbeda del siglo XVI.



La distribución de la sociedad es estamental en este siglo, y los miembros de la nobleza participan en los más altos puestos de la burocracia, destacando en este contexto la familia Cobos Molina, de la que formaba parte Francisco de los Cobos. Éste ostentará el cargo de secretario del emperador Carlos V.

Otros miembros de su familia, como Juan Vázquez de Molina o Diego de los Cobos, también siguen sus pasos y dejan en la ciudad las más importantes obras arquitectónicas del siglo XVI en Úbeda, realizadas por grandes artistas de la época como Siloé, Vandelvira, Berruguete...A finales de siglo las malas cosechas y otras circunstancias adversas, motivaron que el esplendor alcanzado por la Úbeda del s. XVI fuera en declive.

En las últimas décadas del siglo XVIII Úbeda asiste a un intento de recuperación económica.Posteriormente, la Guerra de la Independencia ocasiona grandes daños económicos, no volviendo a recuperarse hasta finales del siglo XIX, con la mejora en avances técnicos en la ciudad que, a pesar de la revolución industrial, seguía siendo eminentemente rural.

En el aspecto social, la apertura ideológica vino determinada por la existencia de casinos como centro de tertulia en los que pudieron desarrollarse las tendencias por las que se caracterizaría el siglo pasado.